Atravesamos una época en el panorama del metal donde los grupos con “frontwoman” proliferan de forma extraordinaria. Esto, en cualquier otro ámbito de la vida, no debería extrañarnos gran cosa (o igual sí), pero en el Heavy Metal, estilo musical tradicionalmente dominado por la testosterona, sí que llama poderosamente la atención. Esperemos que pase de ser algo pasajero y excepcional a convertirse en algo más normal y cotidiano, ya que le da vida, alegría y diversidad a la escena metalera. Es sano tener con más frecuencia a más Doro Pesch, Sharon den Adel o Tarja Turunen sobre los escenarios.
Floor Jansen, Alice White Gluz, Simone Simons, Elize Reed, Charlotte Weesels, María Brink o Cristina Scabbia, son un ejemplo de esta nueva hornada de cantantes que lideran con solvencia y éxito sus respectivos grupos. Y a las cuales se une de una forma muy destacada la finesa Noora Louhimo.
Con voz rasgada y potente grito, no en vano reconoce a Janis Joplin y a Rob Halford como sus mayores influencias respectivamente, cada interpretación que realiza supone un deleite para los que hemos visto en ella un gran presente avalado por sus tres discos al frente de Battle Beast, pero, sobre todo, un futuro esplendoroso como la posible reina del metal. Esto es mucho aventurarse y probablemente se trate más un deseo personal que otra cosa, pero para alguien que llega a este mundillo con un hecho diferencial tan marcado y unas posibilidades vocales cuasi infinitas, hay que darle alas porque seguro que no defrauda.
Noora, aficionada al Heavy Metal desde los 16 años (nacida en el 88), llega a Battle Beast en 2012 para sustituir a otra cantante con gran personalidad vocal como es Nitte Valo. Desde el principio coge el ritmo, llevando la interpretación de cada tema a unos niveles de calidad estratosféricos. Su voz destaca y se convierte en piedra angular sobre la cual gira cada composición del grupo. Hay que potenciarla y explotarla para saber cuál es su límite y hasta dónde puede llegar. Aunque no solo de potencia vive y así lo demuestra con la inclusión de una voz limpia y atemperada en gran cantidad de temas en sus discos.
En definitiva, Noora cree, y así lo ha manifestado en diversas entrevistas, que puede cantar como una vocalista femenina, pero con «pelotas», deseando sonar femenina y sexy al mismo tiempo, pero sin olvidar la dureza. No hay mejor definición a su estilo que la que ella misma hace, la verdad.
Solo el paso del tiempo (y una cabeza bien amueblada, todo hay que decirlo) determinará hasta dónde puede llegar esta chica. El futuro es muy prometedor en su grupo, y más ahora con la salida forzada de Anton Kabanen, lo cual le ha dado al resto de miembros una libertad compositiva que antes no tenían. A esto se le unen proyectos individuales de diversa índole e importancia. Por ejemplo, ha sido elegida para formar parte como vocalista del grupo virtual Pentakill del famoso juego Legue of Legends.
A nosotros, los mortales, solo nos queda disfrutar de sus cuerdas vocales privilegiadas.
Ella es una diosa.
Es una máquina, y ojalá que, como comentas, la salida de Kabanen resulte ser algo positivo a la larga… desde luego, el primer disco sin él es una pasada. Estoy deseandico que llegue el día 12 para verlos en directo…
Pedazo de articulo, las mujeres han llegado con más fuerza que nunca al mundo del metal, están de moda y me alegra un montón. La canción de Black Ninja es fiel reflejo de lo que es capaz de hacer esa pedazo de bestia al micro: Noora Louhimo.