Regreso al pasado: Los 10 mejores discos Heavy Metal del año 2001

Tras un tiempo en el garaje de nuestra memoria, sacamos nuevamente el DeLorean con tuneo especial para El Cabo del Rock y damos un paseo por aquellos discos Heavy Metal/Rock que tuvieron especial relevancia durante el año 2001. Si bien, tras darle unas cuantas vueltas, pensamos que no es un año que se encuentre a la altura de su inmediatamente predecesor (Los mejores del 2000), en el 2001 tenemos grandes trabajos a nivel general de grupos ubicados en la cima de este género musical desde hace tiempo, pero sobre todo supuso la consagración de un estilo como el power metal, que por aquel entonces llegaba a su cenit de popularidad sin atisbarse el menor resquicio del desgaste que años más tarde lo condenaría a dejar de ser el estilo predilecto entre los nuevos metalheads.

Un buen puñado de discos nos hicieron vibrar sobremanera a lo largo de todo el año. Todo ellos merecen estar en este top tan especial, pero gran parte de ellos caen por el camino condicionados por nuestros gustos personales. También es importante reseñar que no todos soportan el paso del tiempo de igual manera. Este repaso se lleva a cabo realizando un apasionante viaje en el tiempo para ponernos en la mejor de las situaciones posibles, pero no hemos de olvidar que el paso de los años (y los discos escuchados) en este viajero hacen que no todo se vea de igual forma que hace 17 años. Ese sesgo existe y no puedo despreciarlo.

Sin más dilación, volvemos a arrancar nuestra máquina del tiempo, para que su condensador de fluzo, una vez debidamente alimentado de la mejor basura que hemos podido encontrar en los contenedores de la calle de atrás, empiece a girar y a activar el mecanismo que nos permita dar este maravilloso salto temporal.

01-01-2001, ¡allá vamos!

No ha sido fácil hacer esta selección. Nunca lo es, pero más aun cuando se trata de un buen año musicalmente hablando. Perfectamente podríamos haber elaborado otra lista con 10 discos completamente distintos e igualmente podría haber pasado como lo mejor del año. Dare – Belief, Saxon – Killing Ground, Brainstorm – Metus Mortis, Domine – Stormbringer Ruler, Edguy – Mandrake, Ensiferum – Ensiferum, Evergrey – In Search of Truth, Heavenly – Sign of the Winner, Judas Priest – Demolition, Lost Horizon – Awakening The World, Rhapsody – Rain of a Thousand Flame, Within Temptation – Mother Earth…Todos son trabajos que por su calidad son perfectamente elegibles, pero como se trata de listas y gustos personales, la objetividad queda un poco de lado. Estos son los elegidos como mejores discos del año 2001:

10.- Angra – Rebirth

Tras ciertas desavenencias producidas por el giro en el estilo musical que había dado el grupo en su último trabajo discográfico y que les acercaba a un sonido más duro y crudo, abandonando así la vertiente más melódica que les había caracterizado desde sus inicios, esta formación brasileña se desmembraba. Bajo, batería y, sobre todo, cantante abandonaban la banda producto de estas tensiones. La marcha de uno de los alma mater del grupo como era André Matos pudo hacer pensar que la banda podría atravesar por una crisis, pero nada más lejos de la realidad. Kiko Loureiro y Rafael Bittencourt recompusieron la banda poniendo a la voz a un superlativo Eduardo Falaschi, y marcándose un renacimiento en toda regla con el power metal con tintes progresivos como centro y base de todas sus composiciones.

‘Rebirth‘, junto con sus discos debut, puede considerarse hoy por hoy como de lo mejor que ha hecho la banda hasta la fecha. Un imperdible que nos hace tener muy presente el hecho de que un banda en ocasiones puede cambiar y transformarse para mejorar, y este, por lo menos en este disco, fue un caso claro. Otra cosa es lo que fue llegando después.

9.- Avalanch – El Ángel Caido

Si decimos que ‘El Ángel Caido‘ es el mejor disco español de power/speed metal de la historia no nos equivocamos. Es una obra cumbre a nivel compositivo y musical, cuya llegada ya se presagiaba tras los dos primeros trabajos de la banda. Evolución lógica dentro de un estilo para alcanzar la excelencia.

La dupla Alberto Rionda y Victor García funcionó de maravilla. Uno sacándose un álbum conceptual con épicas e impactantes letras, sabiamente envueltas en pura melodía, y el otro marcándose unas interpretaciones llenas de fuerza y sentimiento de sacarse el sombrero. Hasta la magistral portada que crea Luis Royo ayuda a ensalzar el conjunto.

Momentos de insurrección como en la homónima ‘El Ángel Caido‘. Sentimiento en la dulce ‘Xana‘. Rabia y furia en ‘Corazon Negro‘. Nostalgia en ‘Delirios de Grandeza‘. Épica y fantasía en ‘Las Ruinas del Edén‘… en definitiva un torrente de sensaciones que nos conducen a un disfrute sin parangón. La pena es lo que vino después, pero eso ya es parte de otra historia.

8.- Primal Fear – Nuclear Fire

Hasta el último momento he tenido la tentación de si metía a la banda del voceras Ralf Scheepers o el ‘Metus Mortis‘ de Brainstorm, pero tras varias escuchas que me refrescaran la memoria, me he decantado rápidamente por Primal Fear y la bomba de un millón de kilotones que es ‘Nuclear Fire‘ . Y es que si Halford (la referencia no podía faltar) y sus Judas Priest o los propios Accept pensaban que estaban solos en esto del Heavy Metal, estaban muy equivocados. Obviamente, con el paso del tiempo y los discos esta comparativa no procede de igual manera, pero en este año 2001, Primal Fear entró definitivamente en la escena metalera dando una patada a la puerta y echándola abajo. Con este tercer disco la banda se convertía por derecho propio en el mayor exponente del heavy metal alemán de la época. Casi nada.

Rapidez, fuerza, melodía y sobre todo heavy metal del bueno es lo que os vais a encontrar en este must have del año. Ningún tema tiene desperdicio, pero la homónima ‘Nuclear Fire‘ es para que se te salten las lágrimas de emoción. ¡No lo dejéis pasar!

7.- Megadeth – The World Need a Hero

Tras el rotundo y sonoro fracaso de ‘Risk‘, su anterior trabajo, Dave Mustain, dando un súbito giro en la dirección del grupo que le hizo cambiar de compañía discográfica y de mánager en un corto espacio de tiempo, dejó a un lado el idear discos experimentales, para centrarse en crear una música que volviera a sus raíces como banda. La elevada técnica musical, la peculiar forma de cantar de Mustain y las geniales y comprometidas letras, retornaban a un primer plano para ofrecernos esta especie de resurrección del grupo.

En este tipo de artículos siempre se busca tener algo de objetividad y consenso con lo comúnmente establecido y entendido como lo más destacado y apreciado, pero he de reconocer que incluir esta grabación en la lista obedece más a un criterio y gusto personal que otra cosa. ‘The World Need a Hero‘ me parece un grandísimo disco que para nada ha sido debidamente reconocido. No en vano lleva años olvidado de los setlist del grupo. No posee ningún hit atemporal (si es que no consideramos ‘Burning Bridges‘ como tal) que encumbrar, pero en su conjunto es un trabajo redondo que rebosa calidad por todos sus bordes.

6.- Ice Earth – Horror Show

Tras uno de los mejores álbumes en directo que recuerdo, ‘Alive in Athens‘, cargado de grandes expectativas nos llegaba el nuevo trabajo de estudio de la banda de Jon Schaffer. Este disco temático nos llega repleto de historias de terror protagonizadas por los monstruos clásicos de la literatura, tales como el Hombre Lobo, Dracula, Doctor Jeckyl & Hyde, Frankenstein…

El tándem compuesto por Barlow y Schaffer vuelven a demostrar una vez más por qué hoy por hoy (en 2001) Iced Earth es considerada como una de las bandas de referencia en el panorama thrash y power metal melódico. La voz de Matt Barlow, antes de su primera salida de la banda, brillaba a un grandísimo nivel. Musicalmente hablando el disco es muy completo. Posee temas rápidos con pinta de hit clásico de la banda como ‘Wolf‘ o ‘Jeckyl & Hyde’. Rarezas melódicas como ‘Damian‘, que para descifrarlas al completo has de escuchar del revés. Un genial medio tiempo como ‘Ghost of Freedom‘ con una parte final apoteósica. Y por encima de todo, ‘Dracula‘, un tema que compendia y engloba todo lo anterior.

En definitiva se trata de un disco brutal, que si bien puede adolecer por momentos de la fuerza y la pegada clásica del grupo (igual la reciente experiencia de Schaffer en Demon’s & Wizards ha pasado factura), no deja de maravillarnos y ganar puntos tras cada escucha. Disco imperdible.

5.- Grave Digger – The Grave Digger

Superar su Trilogía Medieval (‘Tunes of War‘, ‘Knights of the Cross‘ y ‘Excalibur‘) era harto difícil, y desde ya digo que con este ‘The Grave Digger‘ no lo consiguen (ni lo han conseguido a fecha de 2018), pero sí que es verdad que quedan muy cerca, por no decir prácticamente al mismo nivel, de tal manera que esta continuación en su carrera discográfica para nada desmerece a lo editado en el último lustro por parte del grupo. Podemos aseverar entonces que la marcha de Uwe Lulis, guitarra y co-compositor de la banda, no ha sido tan traumática como se esperaba.

Líricamente hablando se trata de un trabajo más oscuro y sombrío que sus predecesores. No en vano las letras se basan en poemas de Edgar Allan Poe. Pero el sonido sigue siendo 100% Grave Digger. Chris Botenthal sigue derrochando poder y peculiaridad vocal, y con la nueva incorporación de Manni Schmidt (ex-Rage) recogiendo el testigo de Uwe, las guitarras siguen gozando del protagonismo y la fuerza de siempre, teniendo la sensación de que el disco continua en la dinámica sobresaliente de ‘Excalibur‘. Ningún tema tiene desperdicio pero ‘Son of Evil‘, ‘The Grave Digger‘ y ‘Haunted Palace‘ creo que sobresalen por encima del resto.

Genial disco en definitiva que no hace más que prolongar el idilio del grupo con el éxito. ¿Cuanto más les durará?

4.- Opeth – Blackwater Park

Su anterior trabajo discográfico, ‘Still Life‘, supuso un giro fundamental en la evolución del sonido del grupo. Hay que reconocer que clasificar a Opeth puede ser una temeridad, pero podríamos decir que se trata de una mezcla de estilos perfectamente cohesionados que conforman un producto altamente recomendable. Death metal plagado de rudeza y profundidad con los guturales de Mikael Åkerfeldt por bandera. Rock progresivo más propio de los 70 y donde se mezclan voces limpias, guitarras acústicas y distorsiones. Súbitos y veloces cambios de ritmo perfectamente ambientados que definen magistrales partes doom metal . Hard rock, jazz, blues, folk… En definitiva, con esta base, el terreno ya estaba perfectamente abonado para la llegada de esta maravilla.

Realmente todo esto se siente y se disfruta en ‘Blackwater Park‘. A diferencia de otros, no se trata de un disco conceptual, pero sus partes líricas (una genialidad del propio Mikael y de Peter Lindgren) generan tal atmósfera y ambientación, que nos hace meternos de lleno en la música que percibimos. Es fácil abstraerse y dejarse llevar en muchos momentos.

Ante nosotros tenemos un trabajo muy distinto a lo que este año nos tuvo acostumbrados, llegando para poner un toque de elegancia y distinción entre tanto power metal. Por suerte, y aunque tras escuchar este trabajo era difícil de presuponer, lo mejor de este grupo aún estaba por llegar. Los volveremos a ver en futuros viajes, eso seguro.

3.- Sonata Arctica – Silence

Si el disco debut de Sonata Arctica fue de los mejores que se recuerdan en la historia reciente del heavy metal, la continuación con ‘Silence’, su segundo trabajo discográfico, no se quedó en absoluto atrás. El impacto y la calidad de ‘Ecleptica‘ fue tal que es difícil atreverse a decir que este nuevo disco lo supera, pero siendo objetivos y comparando canción por canción, se trata de un trabajo más completo y elaborado en todos los sentidos.

Se nota una evolución en la voz de Tony Kakko, dotándole de mayor solidez y robustez en las notas más exigentes. Las composiciones ganan en complejidad y profundidad, huyendo un poco de la ‘simpleza‘ que se obtiene como resultado de intentar hacer lo mismo que Stratovarius sin ser ellos. Es rápido, muy rápido, llevando al speed metal a nuevos niveles solo habilitados para estas bandas privilegiadas. Ahora, por lo que no va a pasar a la historia este disco es por su portada, fea y simple a más no poder.

El disco posee grandes hits del speed metal, que a pesar del paso de los años sigo tarareando instintivamente de vez en cuando. Pistas como ‘Weballergy‘, ‘Black Sheep‘, ‘Respect the Wilderness‘ (como es posible que esto fuera un bonus track???), la revisión de la fantástica ‘San Sebastian‘, y sobre todo y por encima de todas el cañonazo de ‘Wolf & Raven‘, son un autentico deleite para amantes de la velocidad y lo agudos sin fin. Pero si por algo se caracteriza este disco es por las baladas o canciones más lentas y pausadas. En su momento, hace 17 años, era algo que me jodía sobre manera. No entendía, como adorador del doble bombo desenfrenado, como Sonata «me cortaba el rollo» de esa manera. Hoy en día las aprecio y las valoro como se merecen, siendo ‘Last Drop Fall‘, ‘Tallulah‘ o ‘The Power of One‘ el complemento perfecto de un disco magistral.

2.- Kamelot – Karma

Este álbum es la continuación lógica de ‘Fourt Legacy‘. Como si de un Fifth Legacy se tratata, ‘Karma‘ profundiza aun más en el nuevo estilo planteado por la banda años atrás. Power metal sinfónico que combina los temas rápidos y directos con otros más lentos, complejos y por momentos progresivos. Todo ello aderezado con unos arreglos orquestales omnipresentes marca de la casa Sascha Paeth y Miro. Éxito asegurado.

Roy Khan, más asentado y participativo en la banda a nivel compositivo, da una autentica lección vocal e interpretativa. Es impresionante como hace suyo cada tema y como nos lo ofrece en bandeja de plata para nuestro deleite (en directo ya ni os cuento). La dupla Roy Khan & Thomas Youngblood nos dará muchas alegrías, siendo esto nada más que el principio de lo que está por llegar. Momentos de gloria les aguardan.

Escuchar este disco es una gozada. Desde ‘Forever‘, uno de sus himnos que casi dos décadas después siguen tocando en sus conciertos (doy fe en 2018), hasta la embriagadora historia de ‘Elisabeth‘, pasando por la magistral y fastuosa ‘Karma‘, o las odas al speed metal que suponen ‘Wings of Despair‘ o ‘Across de Highland‘, así como por la paz y ternura de ‘Don’t You Cry‘, su mejor balada hasta la fecha. Se trata de un disco matador que te dejará sin aliento y con la necesidad imperiosa de escucharlo una y otra vez hasta saciarte. Es lo que tiene que te entre directamente en vena el verdadero heavy metal.

1.- Avantasia – The Metal Opera, Parte I

Si a comienzos de siglo nos dijeran que iban a unir sus fuerzas varios de los mejores cantantes de la escena metalera del momento, y que serían liderados y cantarían las letras que salieran de la privilegiada mente del gran Tobias Sammet, pensaríamos que se trata de un sueño utópico y no nos lo creeríamos. Pero como los sueños a veces se convierten en realidad, en enero de este año llegaba a nuestras manos algo absolutamente mágico, que cambiaría nuestra concepción y forma de ver la música heavy metal por un largo tiempo.

Con un casting de lujo (daba al 100% en el clavo de mis gustos musicales por aquella época), el bueno Toby nos regalaba una Opera Metal basada en un mundo de ficción y fantasía llamado Ávalon (Ávalon + fantasía = Avantasia), donde cada personaje, él incluido, tenía su cuota de protagonismo en cada pieza musical que compone esta maravilla. El propio Tobias, un renacido Michael Kiske, Andres Matos (lo echaba de menos después de su salida de Angra), David DeFeis (por aquel entonces Virgin Steel y su ‘Invictus’ seguía siendo mi disco de cabecera a pesar de haber pasado varios años de su lanzamiento), el encantador Kai Hansen, los vozarones de Oliver Hartmann y Rob Rock, otro genio como era Timo Tolkki (aun seguía gozando de mi simpatía) y a delicada y dulce Sharon del Adel…se presentaban ante nosotros para deleitarnos y embelesarnos durante casi una hora.

Trece autenticas obras de arte sonoras (no voy a destacar ninguna por encima de otras) que hicieron que durante muchos meses en mi vida no existiera otra cosa que no fuera Avantasia. Me dormía con Avantasia, me levantaba con Avantasia, me duchaba con Avantasia, comía con Avantasia, iba a la universidad con Avantasia…soñaba con Avantasia.