Tras varios artículos en los que hemos dado buena cuenta de la más rabiosa actualidad, con lo nuevo de bandas como Avenged Sevenfold, Vhäldemar o los mallorquines Eveth, y en los que también hemos estrenado la sección de novedades Re-Póker de temazos, volvemos de nuevo la vista atrás, justo a uno de los momentos más especiales para los miembros de esta Web.
Nos referimos, cómo no, al año 2.000 y a sus alrededores. Momentos muy intensos y en los que uno que escribe se reenganchó brutalmente al Heavy Metal, gracias a bandas como la que nos ocupa hoy, los legendarios Edguy y su tema ‘The Piper Never Dies’ (2.004).
Pasados los 2.000, ese pequeño/gran genio llamado Tobias Sammet, ya había cosechado un éxito inusitado en la escena Power, con discos tan emblemáticos y clásicos como ‘Vain Glory Opera‘ (1.998), ‘Theater of Salvation‘ (1.999), o con sus dos primeros trabajos con el mega-proyecto Avantasia.
Durante años, su talento y su creatividad parecían no tener límites, llegando a compaginar ambos proyectos de una forma maravillosa con producciones de altísimo nivel. Mientras Avantasia había dejado boquiabiertos a los que veníamos de las calabazas hellowinianas, tocaba turno para Edguy. Tras la reedición de su primer disco ‘The Savage Poetry‘ (2.000) y del genial ‘Mandrake‘ (2.001), la factoría Sammet se disponía para la creación de un álbum que supondría un punto de inflexión en su carrera, el colosal ‘Hellfire Club‘ (2.004). A partir de ahí, ya nada volvió a ser lo mismo, y Avantasia acabó fagocitando a la banda matriz.
‘Hellfire Club‘ supuso un paso más en el sonido de la banda, el cual, en sus inicios estaba claramente influenciado por Helloween e Iron Maiden. Tobias amplió horizontes modernizando el sonido de las guitarras en algunos temas, y rescatando los sonidos más primigenios del Hard Rock en otros.
Tras un temazo inicial llamado ‘Mysteria‘ de aires innovadores, llegaba ‘The Piper Never Dies‘, el tema que nos ocupa.
Con el punto de vista que nos dan los años, estoy seguro que ‘The Piper Never Dies‘ fue la primera piedra sobre la que se gestó posteriormente la obra maestra y definitiva del proyecto Sammet, la cual llegaría en 2.019 bajo el título ‘The Raven Child‘ y dentro de su disco ‘Moonglow‘.
Analicemos ‘The Piper Never Dies‘
El tema, el cual se extiende más allá de los 10 minutos, comienza de forma sosegada con unos sonidos de guitarra y bajo deseosos de explotar. Cuando por fin explota con un grito descarnado de Tobias Sammet incluido, la estrofa se desarrolla mostrándonos unas más que evidente trazas de Hard Rock Purpleliano, en el que el órgano hammond cuenta con un papel protagonista.
Resulta increíble el derroche de talento y de gusto musical, al comprobar cómo la construcción del tema permite una llegada natural y orgánica al glorioso estribillo.
Una primera pausa nos deja expectantes hasta que llega un solo de guitarra que dejará satisfechos a todos los amantes del buen Rock. La cosa va cogiendo intensidad con unos coros muy trabajados que se reparten generosamente por estos pasajes, antes de encarar una traca final sin parangón.
Unas notas de órgano que hacen las veces de riff, nos devuelven el estribillo, justo antes de la ansiada explosión final, aquella en la que el tema gana una velocidad endiablada con un Tobias ya entregado a la causa, y con todos y cada uno de los instrumentos protagonistas empleándose a fondo. Un orgasmo sonoro de esos que ya vivimos en temas tan míticos del estilo como ‘Halloween‘ de los maestros ‘Helloween‘.
Un TEMAZO BRUTAL que no nos cansaremos de reivindicar desde nuestro humilde CabodelRock, y que coloca a Tobias Sammet como una de las figuras más relevantes del Heavy Metal de los últimos 30 años.
Sin más, os dejamos con la versión de ‘The Piper Never Dies‘ en estudio + una en directo con un sonido muy decente.
Dejar una contestacion
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.