Cambios y época de esplendor
Lejos y en un rincón de nuestra memoria queda ya el 2014. Este año fue el de la entrada de Alissa White-Gluz como nueva vocalista del grupo en sustitución de Angela Gossow, así como de la salida de su anterior disco, «War Eternal». Un tiempo de espera que a la mayor parte de su legión de seguidores les ha podido parecer eterno, pero como toda espera tiene su recompensa, por fin tenemos aquí lo nuevo de los suecos Arch Enemy – Will to Power.
Esta formación viene demostrando desde hace tiempo que se encuentra en un espectacular momento de forma. Las últimas incorporaciones de Alissa y Jeff Loomis (sustituye a Nick Cordle al frente de la segunda guitarra) han resultado todo un acierto, dando a la formación una halo de solidez y consistencia grupal que se percibe fácil y rápidamente en cada una de sus actuaciones.
Creo que estaremos todos de acuerdo en que la llegada de Alissa ha supuesto un impulso adicional a la inercia positiva que ya de por sí tenía la banda con la gran Angela. Difícil papeleta la que esta canadiense tenía, pero que ha resuelto con una solvencia exultante, convirtiéndose hoy en día en imagen inherente al grupo y sinónimo de éxito. Aceptada y querida por los fans, está demostrando que se merece estar donde está, y no solo en la parte interpretativa, ya que no hay que olvidar lo que a nivel compositivo aporta a la banda. Grandes letras producto de sus «pesadillas y noches de insomnio» la avalan.
Sin más dilación, no metemos de lleno en Will to Power para ir desgranando cada uno de los temas de este esperado nuevo disco de los aclamados Arch Enemy.
Will to Power canción a canción
Tras el habitual tema instrumental a modo de introducción que hace que nuestros sentidos se vayan preparando para lo que nos espera, los primeros acordes y la gutural voz de Alissa llegan como un ciclón para ponerlo todo patas arriba en este primer corte titulado «The Race». Tema rápido e impactante con menos concesiones melódicas de lo acostumbrado. Duro, oscuro y algo alejado de lo esperado inicialmente a tenor de los adelantos que hemos ido recibiendo, para que negarlo.
Pasada esta primera toma de contado, «Blood in the Water» supone una vuelta a la melodía más pura y directa. Comienza con susurrantes voces limpias que dan pie a un tema muy bien estructurado donde los guturales suenan más desgarradores que nunca, y que cuenta con una de las partes álgidas más sentidas e impactantes del disco. Acordes clásicos, nuevamente voces susurrantes y un abrupto final ponen el colofón a esta gran canción.
«The World is Your» es ya de sobra conocido y ha pasado rápidamente a ser un clásico indispensable de la banda. No en vano, fue incluido en el setlist de sus actuaciones en la gira de festivales veraniegos. Cuenta con una voz descarnada y salvaje, estrofas de letra plagada de positivismo y estímulo, estribillo ultra melódico(propio del powermetal más clásico), la percusión desatada y omnipresente de Daniel Erlandsson, y, sobre todo, unos ‘riff’ de guitarra y unos solos que te tiran de espaldas. Tema redondo donde las seis cuerdas de las guitarras de Amott y Loomis brillan sobremanera.
Salimos de un trallazo y nos metemos en otro aún mayor. «The Eagle Flies Alone» sigue la misma estructura ya referida del tema anterior, pero llevándola a cotas más altas con una dosis extra de todo. Majestuoso y épico por momentos, este corte merece ser escuchado una y otra vez en modo ‘repeat’ durante un lustro. Mi favorita.
La dupla formada por The World is Yours y The Eagle Flies Alone son, en mi opinión, el momento más álgido e hímnico de Will to Power. Y esto, teniendo en cuenta que han sido los dos adelantos del mismo, te deja con una sensación agridulce de no poder encontrar nada mejor en él. Esto no quiere decir que el resto no sea bueno. Al contrario, es muy bueno, pero está claro que no sorprende de igual manera.
Ya habíamos sentido pinceladas de voces limpias de Alissa en temas anteriores de este disco, así como en el propio «War Eternal», pero no es hasta «Reason to Belive», una balada con partes en medio tiempo, cuando la escuchamos en todo su esplendor. Esto, a parte de una gran sorpresa, constituye una gratísima noticia que abre la puerta a un sin fin de posibilidades de cara al futuro. Nos frotamos las manos al mismo tiempo que no dejamos de ‘alucinar’ con la sorprende la capacidad con la que Alissa consigue modular su voz sin problemas, pasando de un extremo a otro como el que cambia de canal en la TV.
En «Murder Scene» el bajo de Sharlee D’Angelo comienza siendo el protagonista. Por poco tiempo, ya que rápidamente entra un ‘riff’ de guitarra matador que marcará el ritmo de todo el tema. Corte de estilo rápido y arrollador pero al mismo tiempo melódico y armonioso. Notamos que el listón baja respecto de lo precedente, pero mantiene un gran nivel de calidad y no desmerece para nada lo ya escuchado.
Con «First Day in Hell» sentimos que el nivel vuelve a bajar un peldaño más. Palidece en su comparativa con el resto de canciones, pero aún teniendo en cuenta esto, es un tema bien estructurado, con una parte álgida clara, potente y directa, que va mejorando conforme avanza. Cuenta además con el realce de «Saturnine» a modo de epílogo final. Igual vosotros pensáis diferente, pero yo personalmente lo veo más como epílogo de este corte a introducción del siguiente.
El clasicismo y la armonía retornan de la mano de «Dreams of Retribution». Dura y cruel letra que contrasta con una de las melodías más conseguidas y atrayentes del disco. La velocidad de la percusión y las partes armónicas aderezadas con exquisitos solos, se van sucediendo una y otra vez hasta desembocar en un bucólico y tranquilo final. Subidón que experimenta el disco para llevarlo nuevamente a cotas sublimes.
«My Shadow and I» supone una vuelta a la normalidad y a la medianía en Will to Power. No aguanta para nada la comparación con los grandes temas ya escuchados, y es, probablemente, el tema más flojo del disco con diferencia. Es una canción de ritmo mas pausado y tranquilo, con cierta aproximación diría yo hacia lo progresivo. No destaca en absoluto.
Llegamos al final del disco con «A Fight I Must Win». Épico comienzo que te hará sentir un estremecimiento repentino que te obliga a levantarte y luchar. Le sigue un poderoso ‘riff’ de guitarra que sirve de preludio al, igualmente, épico estribillo que toma como referencia la melodía inicial y a todo el desenlace armónico que viene después. Un autentico deleite sonoro que incluso incluye ciertas partes orquestadas donde los instrumentos de cuerda frotada cogen el protagonismo para plantar un gran broche final.
Tras este repaso, podemos aseverar sin temor a equivocarnos que Will to Power es un muy buen disco. Es una gran producción donde Amott y Loomis demuestran una virtuosidad excelsa al frente de las guitarras, y Alissa adquiere registros nunca escuchados en Arch Enemy que pueden dar mucho juego de cara al futuro. Pero el caso es que no destaca por encima de lo ya realizado por el grupo hasta la fecha, especialmente en los últimos años. El disco, con algún que otro momento de calidad más cuestionable, sigue la línea y va en consonancia de los dos últimos trabajos del grupo. Más incluso con «Khaos Legion» que con «War Eternal». Esto no es otra cosa sino una sensacional noticia que demuestra lo poco que ha variado todo a pesar del cambio vocal. Michael Amott se encuentra a gusto en este estilo. Es su genial zona de confort y no pretendemos sacarlo ni que se salga de ella. Funcionaba, y ahora, con Alissa, más y mejor aún.
Impresionante reseña Jose… y coincido contigo por el momento en las favoritas, sobre todo The Eagle Flies Alone, pero hay momentazos repartidos por todo el disco, de lo mejor de lo que llevamos de 2017…