No se me ocurre otra banda de Heavy Metal en español que me haya dado tantos buenos momentos, como los asturianos Avalanch. Citaría a ‘El Ángel Caído‘ (2.001) como uno de los discos de Power Metal que más he escuchado en mi vida. Un disco que me sigue poniendo los pelos de punta gracias a esas melodías celestiales salidas de la talentosa chistera del maestro Alberto Rionda.
Muchos han sido los obstáculos que se han interpuesto en la banda, especialmente en el apartado vocal. Alguno se fue, y otros, simplemente fueron reemplazados bajo el siempre firme y quizá polémico criterio de Rionda.
Nombres tan ilustres como Juan Lozano, Víctor García, Ramón Lage, Israel Ramos, y ahora, José Pardial, han ocupado la complicada plaza de vocalista de Avalanch. Y justo ahora, cuando la banda está a punto de editar el disco de su 30 aniversario, se ha producido un hecho realmente mágico e inesperado: Ramón Lage ha colaborado con Avalanch en el tema ‘Otra Vida‘, un tema perteneciente al disco ‘Muerte y vida‘ en el que precisamente cantaba originalmente Ramón, un vocalista de auténtico culto, a la postre y no sin dificultades, una de las mejores y más carismáticas voces que nos ha dado la historia del Metal en España.
El resultado es definitivamente sublime. No hay sensación que más placer me produzca, que recuperar discos de años atrás, explorando cada uno de sus rincones en busca de canciones o detalles que en su momento pasaron sin más. Avalanch tiene discos con innumerables de esos recovecos en los que descubrir nuevos detalles de esa factoría llamada Rionda, la cual no tiene a quien parecerse.
Un ejemplo claro de ello es este tema ‘Otra Vida‘, un tema de melodía absorbente e inquietante, en la que destaca un estribillo encastrado a la perfección, en el que las voces de Pardial y Lage se funden en uno de los binomios más gloriosos del Heavy Metal actual. Tampoco podemos pasar por alto el inicio de ‘Otra Vida’, una verdadera demostración del saber hacer de Rionda. Una progresión maravillosa, que va desde unas sutiles notas de piano que esbozan la melodía principal, hasta esos riffs de guitarras que se van retroalimentando, y sin olvidarnos de ese solo de guitarra cargado de sentimiento que nos regala Alberto. Brutal inicio para una canción cuya dimensión no acabo de acotarla.
En definitiva, sensibilidad y caña a partes iguales en un tema mágico 100% Avalanch, y que sirve como punto de partida de un recopilatorio que promete estar repleto de momentos inolvidables.
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