Introducción – ¿Quién es este gigante con pies de barro?
Spotify no necesita carta de presentación alguna. Todo el mundo conoce las ventajas y los beneficios que este programa aporta a los más de 140 millones de usuarios activos (¡eran 100 hace tan solo un año!) repartidos entre los 60 países donde se encuentra operativo. De todos estos, a fecha de marzo de 2017, aproximadamente 50 millones son usuarios del servicio de pago Premium. Suscripciones que dan a la compañía una jugosa cifra de dividendos, y lo que es mejor, cifra que van en aumento casi de forma exponencial año tras año.
Suscriptores Premium en millones
Fuente: Spotify
Estas espectaculares cifras, dan lugar a otra aún más significativa y trascendente para el futuro de la distribución musical a escala mundial: en el año 2016 la música en streaming se ha convertido en la mayor fuente de ingresos para la industria, superando así a las descargas digitales y a las ventas de unidades físicas. Este dato no hace más que constatar la reordenación del mercado en los últimos años, y la convierte en una tendencia que no se va a ver alterada a corto plazo, de tal manera que en el año 2022 se estima que el streaming y sus posibles variantes ya supongan casi un 90% de los beneficios de la industria. Fuente: RIAA
Pero no es oro todo lo que reluce en esta historia, ya que a día de hoy y tras 11 años de existencia, la compañía está algo lejos de ser rentable. Los costes de funcionamiento (principalmente Royalties con las discográficas) la consumen. Aunque en honor a la verdad, esta situación tiende a revertirse en estos últimos años gracias a acuerdos al más alto nivel, y ya empiezan a atisbar en el horizonte la estabilidad económica tan deseada por toda empresa. Spotify empieza a tener la sartén por el mango en esta história, y eso lo está haciendo valer. La plataforma será rentable tarde o temprano siempre y cuando las discográficas así lo quieran, claro está.
Spotify y el Heavy Metal – Fidelidad por lo que amamos
Gracias a la empresa sueca fundada y liderada por Daniel Ek, Spotify llega al mundo en 2006 (yo lo descubro en 2010). Para los que amamos esta música supuso una autentica revolución. Una nueva forma de disfrutar de la música conocida y, sobre todo, de la desconocida. A mí personalmente me ha permitido acercarme a grupos y géneros que de otra forma no hubiera sido posible, o por lo menos no con la misma profundidad con la que lo he hecho. Si hay algo aporta esta aplicación, es la facilidad para conocer, valorar y apreciar todos los grupos que puedas desear en cualquier momento. Tienes al alcance de la mano algo que antes hasta te causaba indiferencia por la lejanía en la que lo veías.
Por suerte, todos estos valores también han sido así percibidos por una gran cantidad de seguidores de esta música, que han hecho de esta aplicación su reproductor de cabecera. Inicialmente en sus ordenadores personales y posteriormente en sus dispositivos y reproductores móviles. Y es que la comunidad heavy-rock es una de las más activas y participativas dentro de Spotify. No en vano, han sido catalogados, merced a un estudio financiado por la propia plataforma, como el público más fiel y leal a sus grupos predilectos.
Para este estudio se han seleccionado los estilos musicales más representativos y, dentro de estos, los grupos más destacados en función a una serie de parámetros comunes: las ventas, repercusión mediática y calado social, prestigio y trayectoria…
Las bandas seleccionadas dentro del heavy metal por la propia Spotify han sido Metallica, Slayer, Judas Priest, Iron Maiden, Sepultura, Pantera, Cradle Of Filth y Anthrax.
Teniendo en cuenta los parámetros referidos, así como las escuchas de cada grupo y su repetitividad en la aplicación por parte de los usuarios, se obtiene una conclusión que no por publicada y difundida es menos conocida. Somos los que más nos movilizamos por nuestros grupos, los que más discos compramos, a más conciertos acudimos, más merchandising adquirimos… En definitiva, los seguidores mas fieles y leales.
Lealtad de los fans por género – Global
Fuente: Spotify
Disertación final
Podríamos decir que Spotify es la evolución natural que experimenta la distribución musical y que colma las expectativas y necesidades de los audiófilos más avanzados y avezados tecnológicamente hablando. Usuarios, discográficas y grupos quedan todos satisfechos, ya que los primeros por un módico precio tienen acceso a todas las novedades de sus grupos favoritos, y los segundos ven una recompensa a todo el trabajo que realizan y que les puede por lo menos facilitar el cubrir los costes de la inversión realizada.
Definiéndolo de esta forma tan objetiva y aséptica, evitamos entrar en más debates y polémicas. Pero ese no es el objetivo de este artículo, ya que debatir y escuchar todo tipo de opiniones va en nuestro ADN.
Desde un punto de vista diametralmente opuesto, Spotify también puede considerarse como la evolución natural de los programas P2P (Napster, Kazaan…) o de los servidores de descarga directa, que han permitido a mucha gente escuchar la música de sus grupos favoritos de forma gratuita durante mucho tiempo.
Definiéndolo de esta otra manera, damos pie a entrar de lleno en el debate por el respeto de los derechos de las distintas manifestaciones culturales en España, puesto que estas han perdido parte de su valor al promoverse desde hace años su acceso gratuito. Porque principalmente se trata de eso y este es el punto de partida: la música como bien cultural o como simple entretenimiento por el cual, al igual que con otros, tenemos que pagar.
Viéndolo de este modo, y esta es la cruda realidad en España, denotamos que hay un problema cultural de base muy importante y de difícil solución. Con Spotify por lo menos se hace de forma legal en su versión gratuita (y por descontado en la de pago), aunque a este paso no sabemos cuanto tiempo la plataforma necesitará que lo siga siendo. Le tocará rascarse el bolsillo a mas de uno.
¡Vaya, un artículo súper informativo y detallado! Felicitaciones 👍
Desconocía la nueva y principal fuente de ingresos de las discográficas. ♨❗
Lo del público más fiel que señala el programa, no me extraña (va a la par con los años que tienen muchas bandas que siguen al pie del cañón y no cambian de estilo).
Está claro que me llama la atención este programa por mi absoluto desconocimiento.