Esta web ni tan siquiera había nacido y ya teníamos las entradas para este concierto. Ahora, casi un año después, nos podemos dar la satisfacción de haber acudido y hacer nuestra propia crónica del evento. Y es que dentro de los gustos personales de los componentes de El Cabo del Rock, Helloween está sin lugar a dudas en el top 5 de cada uno de nosotros, lo cual hacía de este concierto una visita obligada, y más aún cuando no se trataba de una simple gira de disco o festival veraniego, sino que íbamos a presenciar algo mágico, como es la reunión de la formación actual del grupo con dos de los ex-componentes que a finales de los 80 lo encumbraron de forma fulgurante hacia la fama mundial. El sueño de muchos, entre los cuales me incluyo, se hizo realidad después de tantos años de espera.
Y para un acontecimiento tan destacable, el escenario en el cual se desarrollaría no podía ser menos. España es uno de los feudos europeos del grupo, por lo que la puesta en escena debía estar a la altura de las circunstancias. El Wizink Center fue el continente perfecto para un contenido histórico. Un recinto preparado para la grabación del DVD anunciado que casi presentó un sensacional ‘sold out’, en el que el escenario que el grupo desplegó se acoplaba perfectamente, donde el sonido rayó a gran nivel, y en el que las más de, según fuentes oficiales, 14.000 almas presentes vibraron en grado superlativo.
Comienza el espectáculo
La espera se hizo eterna, pero por fin el concierto empezaba. Tras «Let me Entertain You» del británico Robin Williams, el telón que mantenía oculto la mayor parte del escenário, caía espectacularmente para poner ante nuestros ojos por primera vez a toda la formación. Ingo, Michael, Marcus, Sasha, Kai, Andi y Kiske, aparecían prestos y dispuestos para darnos uno de los mejores conciertos de nuestras vidas.
Tras la caída del telón, «Halloween» suponía el pistoletazo de salida. El público, claramente predispuesto, se dejó llevar desde el inicio y ya no paró hasta casi tres horas más tarde. Este comienzo cumbre nos mostró desde el inicio cual iba a ser el planteamiento del concierto: Con el apoyo de Kai, Deris y Kiske interpretarían a duo o individualmente cada uno de los temas sin solución de continuidad, y el resto de la banda trataría de acompañarles sobre el escenario realizando un trabajo sublime y disfrutando de cada uno de los segundos del concierto como si fuera el último.
“Dr. Stein”, tras los casi quince minutos de éxtasis inicial, supuso el primer punto álgido del concierto. Tema querido y deseado por todo el mundo, fue coreado sin descanso.
Tras este dueto de temas inicial, Deris nos presentaba a dos amigos que nos acompañarían durante todo el concierto. Se trataba de las calabazas Seth y Doc, que serían los protagonistas de cada uno de los vídeos que entre canción y canción se irían proyectando en las pantallas y que servirían para amenizar estos momentos de merecido descanso y preparación del grupo. Personalmente, de inicio, me parecieron graciosos y originales, pero a medio concierto ya me acabaron cansando y hubiera preferido que la banda continuara en escena interactuando con el público, y más aún teniendo en cuenta la facilidad que en España Deris tiene para ello.
Kiske volvía a escena para continuar con el repaso de los celebérrimos Keepers, e interpretar en solitario y de manera épica «I’m Alive». Hemos de reconocer que, no sabemos porqué motivo, durante los dos temas iniciales la voz de Kiske sonó a un volumen por debajo de lo normal, incluso por debajo de la de Andi, pero a partir de aquí el problema quedó totalmente solventado.
Haciendo gala de un perfecto y estudiado equilibrio en las actuaciones vocales, ahora le tocaba el turno a Andi Deris. «If I Could Fly» y «Are You Metal?». La primera supone un tema que con el paso del tiempo ha ganado bastante hasta convertirse en una de mis favoritas, y sobre la segunda, aún muchos de nosotros nos seguimos preguntando ¡qué demonios pinta aquí!. Visto lo visto, está claro que Deris es un frontman excepcional, hoy por hoy algo por encima del ‘sosete’ Kiske.
Esta colaboración y porqué no decirlo, mágica complicidad entre ambos a la hora de interpretar los temas, es lo que claramente sustentaba la duración del show. El setlist está compuesto por temas altamente exigentes vocalmente hablando, y difícilmente podrían aguantarlo de forma individual con la solvencia que un acto así requiere.
«Rise and Fall» era la siguiente en sonar y desatar el éxtasis colectivo en el WiZink Center. Temazo power metal donde los haya en el que Kiske se marcó una magistral interpretación, llegando a los agudos y partes más exigentes como hace casi 30 años. Todo ello amenizado por la proyección de uno de los vídeos más graciosos e hilarantes de la noche. Para mi el momento más ‘Happy’ made in Helloween de todo el concierto.
Deris volvía a coger el testigo para llevar a cabo un grandísimo trabajo interpretativo con “Waiting for the Thunder” del «Straight out the Hell», siendo este el tema más reciente de todos los interpretados durante el concierto, y “Perfect Gentleman”, canción que si bien goza de una melodía bastante pegadiza, en el disco me resulta algo pesada y simplona, pero que en directo, ataviado Deris con chaqueta de lentejuelas y sombrero de copa, gana muchísimos enteros pasando a ser de lo más disfrutado. En este caso la interacción de Deris y Kiske con el publico al final de la canción fue digna de mención, así como la broma que Deris gastó a Marcus diciendo «…She is…». xD
Y en estas llega Kai Hansen, que estaba algo tapaillo, para ponerlo todo patas arriba y demostrar porqué es uno de los fundadores del grupo que puso la primera piedra de lo que hoy en día es conocido como power metal. Casi nada.
Kai se marca un ‘medly’ de órdago rememorando su etapa como frontman del grupo durante la época del «Walls of Jericho». Sonaron “Starlight” y “Ride the Sky”, “Judas”, y para rematar la faena, y ya de forma íntegra, “Heavy Metal (Is The Law)”. Kai nos hizo vibrar y apreciar su magnificencia como artista en un solo pestañeo. A parte de esto y como diría una buena amiga de esta web, «¡es tan entrañable!«
“Forever & One (Neverland)” y “A Tale That Wasn’t Right”, supusieron la parte más lenta y sentida de la noche. Para la primera se dispusieron dos taburetes blancos sobre el escenario, para que Deris y Kiske se marcaran un espectacular acústico. En la segunda, Kiske volvió a demostrar quien ha sido y quien sigue siendo (bromas incluidas con su objetivo de ser Elvis y acabar siendo como Rob Halford), aunque a estas alturas de la noche ya se le notaba algún que otro flaqueo vocal, seguía defendiéndose en el escenario como un auténtico jabato.
Andi Deris volvía a la carga con «I Can». Único tema del que para mí es el mejor disco de la década de los 90 del grupo: «Better than Raw».
Tras este tema, se hacía el silencio y las pantallas gigantes del escenario se iban a negro. Dani Löble comenzaba su tradicional solo de batería que, para sorpresa y emoción de muchos, a los pocos segundos vendría acompañado de un emotivo vídeo homenaje al fallecido Ingo Switchtenberg, primer baterista del grupo. Dani e Ingo simultaneaban el solo con una mezcla de directo y vídeo genial y elegantemente resuelta.
Kiske retomaba la senda de los Keepers y el jolgorio volvía al público. Es juntar el binomio Kiske y Keepers y liarse la mundial, y «A Little Time», siguiente tema en sonar, no fue una excepción.
A partir de aquí, y aunque Kiske tuvo presencia en algún tema en forma coral, es Deris quien toma el control de esta fase del concierto con «Why?» (otra que no termino muy bien de entender su presencia), «Sole Survivor», «Power», que marcó un nuevo cenit y punto culmen del concierto (yo me desgañité literalmente con su estribillo), y la que, según palabras del propio Deris, fue la primera canción de Helloween que escuchó: «How Many Tears».
Hasta aquí llegaba la fase principal del concierto. A partir de aquí, los bises. Es decir, lo mejor y más clásico, pero ya con una sensación amarga en el cuerpo de que todo se empieza a acabar.
Los grandes clásicos y el gran final
Este primer bis estuvo compuesto por «Eagle Fly Free» y «Keeper of the Seven Keys». Durante la primera se volvió a vivir uno de esos momentos de exaltación extrema de los sentidos y las pasiones. Que Kiske igual no llegara a alguna nota ya nos daba igual. El paroxismo en estado puro se apoderaba de nosotros y dio pie a la locura colectiva durante el estribillo. Probablemente fue el momento en el que el WiZink Center registró un mayor nivel de decibelios por parte de nuestras gargantas. La segunda canción fue un momento más tranquilo y delicado, donde todos disfrutamos y saboreamos el tema desde su inicio hasta que los miembros de la banda se fueron presentando uno a uno y Sascha Gerstner nos hacía tararear a coro antes de que todos volvieran a marcharse.
El segundo bis ya todos sabíamos en qué consistía antes de que empezara: un increible fin de fiesta compuesto por «Future World», mi favorita del grupo y por supuesto la que más disfruté, y la himno que supone «I Want Out». En este momento Kai Hansen volvió a coger el protagonismo para, tras unos cuantos geniales riff de guitarra, introducirnos en su máquina del tiempo particular por última vez en la noche y llevarnos a finales de los 8. Disfrutar de estos dos clásicos de forma enlazada no tiene precio. Es impagable el momento tan épico y legendario que supone, y todo ello sin olvidar la lluvia de globos con forma de calabaza que nos caían y el confeti que volaba por el ambiente.
Pocos defectos y muchas virtudes aderezaron este espectáculo. Podemos decir que el sonido no fue del todo nítido al comienzo, que los vídeos de transición se hicieron un poco pesados, el porqué no se interpretó el tema que da nombre a la gira, que qué carajo pinta «Are You Metal» en este setlist y por ejemplo no está «March of Time»…pequeños detalles a fin de cuentas por los que podemos pasar de puntillas y que se ven ampliamente compensados por el resto de los miles de detalles positivos vividos. Pero lo que sí podemos decir alto y claro es: Gracias, Helloween.
¿Y ahora, qué?
Con lo ya vivido, los verdaderos fans de Helloween ya somos felices y nos damos por satisfechos…Quien me diría a mi hace diez años que iba a ver a Michael Kiske cantando nuevamente con Helloween… pero sí que es verdad que puestos ya en esta tesitura y siendo egoistas, queremos y necesitamos más. Por suerte, las última declaraciones realizadas por Kai Hansen y Michael Weikath, apuntan a una colaboración más duradera en el tiempo y de la cual pueda fructificar un nuevo disco.
Pues sinceramente, no quepo en mi de gozo y no veo el día en que ese momento llegue. 😉
¡Happy Happy Helloween!
¡Vaya descripción tan detallada del concierto! Gran relato ¡FELICITACIONES por tu artículo!😜😋😝
Éxtasis colectivo, las almas vibrando en grado superlativo dices ¡Qué bueno!.
El show con las 2 calabazas 🎃 parece original.
Me alegra ver un «llenazo» así del Palacio de los Deportes.🔝
El que prime la reunión de excomponentes para deleitar a fans, superando cualquier desavenencia o rencilla que pudiera existir o haber existido, ES LO MEJOR que le puede suceder a un grupo (como relatabas, percibiste una «mágica complicidad» y futura colaboración ) . ESA REUNIÓN Y EL CONCIERTO OFRECIDO LES HONRA.
Lo primero son los seguidores.
¡FELICES FIESTAS!🎄
Muchas gracias por tu nueva andanada de comentarios, Ana. Esperemos que esta unión dure lo suficiente como para producir un nuevo disco de estudio. Me interesa mucho lo que podrían conseguir todos juntos. ¡Felices fiestas y feliz entrada de año!
¡Qué envidia más insana! Gran crónica, y por lo que veo, gran concierto. El setlist absolutamente espectacular. La verdad es que me queda la amarga sensación de haberme perdido algo único… ojalá que pueda volver a verlos en directo algún día, pero este concierto en particular, encima el escenario elegido para grabar el DVD… puf, irrepetible :_(
Gran cronica como siempre, creo que ha sido el concierto de nuestras vidas, el momento que mucha gente llevaba esperando, ambientazo,temas que llevamos oyendo 30 años, joder que mayor soy yo, en fin, ojalá sacaran material nuevo..mientras tanto voy a ponerme Eagly fy free que estoy todavia extasiado