Regreso al pasado: Los 10 mejores discos Heavy Metal del año 2000. Parte II

Ha llegado el momento de retomar el repaso de los mejores discos del año 2000 con la reseña de los 5 primeros. Se trata de autenticas obras inmortales del Heavy Metal, que por mas que pasen los años siempre existirá un momento en tu vida para desempolvarlos y disfrutar de ellos nuevamente. Allá vamos:

5.- Edguy – The Savage Poetry

Portada del disco The Savage Poetry

No descubrimos nada nuevo si decimos que a estas alturas de la película, tras una demo y tres discos de estudio, Edguy se encontraba en la cima del Power Metal europeo. Hoy, en el presente, siguen encontrándose en una posición verdaderamente privilegiada, pero no a base de desarrollar este estilo precisamente. Los riffs, solos y estribillos tan carismáticos y personales de sus temas les encumbraron como referentes de este estilo, contándose sus jóvenes seguidores por miles. Tal es así, que un año después del magistral ‘Thearter of Salvation‘, y tras las encarecidas peticiones de sus incondicionales, se atrevieron a grabar y mezclar nuevamente aquella demo que allá por el año 1996 supuso su primer trabajo.

Cuesta trabajo creer que con escasamente 16 años estos chicos fueran capaces de hacer lo que hicieron. Obviamente la reedición de este año parte de cero en cuanto a mezcla y grabación, y supone un lavado de cara que podría considerar este trabajo como un nuevo disco de estudio, pero la esencia de su origen sigue estando ahí para sorprendernos, y mucho además. El disco por suerte, en una edición especial, incluía ambas copias. La original (solo se editaron 500 unidades en 1996) y la nueva, para deleite y comparación.

The Savege Poetry no tiene desperdicio alguno. Es una autentica maravilla que sigue los patrones clásicos que el grupo estandarizó en estos años, y que disfrutaras desde el primer hasta el último segundo sin tregua alguna. Todas las canciones son buenas, por lo que solo podemos decir una cosa: Gracias Tobie.

4.- Stratovarius – Infinite

Las aguas bajaban tranquilas en el seno de Stratovarius. Todos sus componentes remaban a una y en el mismo sentido, lo cual les dio la tranquilidad suficiente para que Timo Tolkki, Timo Kotipelto o el virtuoso del teclado, Jens Johansson, dieran rienda suelta a su enorme capacidad creativa. Como pioneros del power metal y el metal melódico y sinfónico, Stratovarius debía mantenerse fiel a sus principios y sacar el disco que todo el mundo estaba esperando después de los exitosos ‘Visions‘ y ‘Destiny‘. Más de lo mismo, pensarán muchos; sí pero no, diré yo.

El disco mantiene un nivel muy alto en todo momento. No presenta tanta variedad como por ejemplo Destiny podía tener en cuanto a distintos ritmos de canciones, sino que se queda en algo más plano y quizá repetitivo por momentos. Esto no tiene porqué ser negativo, de hecho en este caso no lo es, ya que lo que se repite es pura magia.

Portada del disco Infinite

Este Infinite es una montaña rusa de sensaciones. Momentos adrenalínicos de doble bombo desatado y riffs de guitarra matadores, se mezclan sabiamente con otros de relax y recogimiento. Tras el subidón de la comercial ‘Hunting High and Low‘ y la potente ‘Millenium‘, quedas extasiado con la epicidad de ‘Mother Gaia‘, donde asistimos probablemente a la parte orquestada más destacadas del disco. La montaña vuelve a ascender con la potente ‘Phoenix‘, que presenta los riffs de guitarra más agresivos que le hayamos escuchado nunca al grupo, y la melodiosa ‘Glory of the World‘, para posteriormente volver a entrar en esa zona de tranquilidad y confort que supone la gran ‘A Million Light Years Away‘. Nos queda el final, y este viene en forma de looping. ‘Freedom‘ es un tema que hace que la cabeza se te ponga del revés. Velocidad y melodía pura en el que, para mí, es el tema más destacado del disco (me resulta imposible sacarme su fanfarria inicial de la cabeza). Tras él, regresamos a la calma definitiva, pero no por ello disfrutamos menos. La compleja y difícil de digerir ‘Infinite‘ y ‘Celestial Dream‘ suponen un gran broche final algo más lento y pausado de lo que debiera, pero no empaña en absoluto el resultado general y no podemos quejarnos, ya que lo vivido escuchando el disco ha sido muy grande.

Infinite se encuentra quizá un escalón por debajo de sus inmediatos predecesores, pero aún así, y con el paso del tiempo, el disco se valora mucho más, ya que la banda no volvió a hacer nada mejor hasta 2013, año en el que publicó ‘Némesis‘. En esos trece años sucedieron muchas cosas que algún día nos gustaría también poner negro sobre blanco y dar nuestra humilde opinión. Mientras tanto, nos queda disfrutar de este disco lleno de fuerzamatices y detalles, que cuanto más lo escuchas más prendido e hipnotizado quedas de el.

3.- Iron Maiden – Brave New World

Portada del disco Brave New World

Las expectativas con este disco eran máximas, ya que se trataba del primer trabajo del grupo después de la vuelta de Bruce Dickinson y Adrian Smith a la formación. Cinco años en los que ambas partes habían tenido oportunidad de hacer grandes cosas, pero que de mutuo acuerdo decidieron volver a juntar sus caminos tras este paréntesis. El resultado no pudo haber sido más espectacular y convincente.

Las tres guitarras con las que ahora cuenta el grupo (vuelve Adrian y no sale Janick Gers), a falta de comprobarlo en directo, otorgan una mayor fuerza y profundidad a los temas. Las fantásticas melodías y ritmos marca de la casa vuelven a estar presentes en cada canción, pero esta vez con un punto de originalidad adicional que se agradece y se disfruta sin límites. Siguen siendo y sonando como en el pasado, pero este disco nos da una gran esperanza de cara a saber como serán o evolucionarán los Maiden del futuro… de echo lo sabemos xD.

Brave New World es un homenaje que resume y compendia el sonido y el estilo de todos sus anteriores trabajos. Temas como ‘The Wickerman‘, ‘Ghost Of The Navigator‘, ‘Blood Brothers‘, ‘Out of the Silent Planet‘ o ‘The Mercenary’, retumbarán para siempre en nuestros tímpanos. Una obra maestra.

2.- In Flames – Clayman

Portada del disco Clayman

Cuando eres uno de los pioneros en la creación y evolución de un estilo, la presión a la hora de producir nuevo material puede ser doble. Y es que In Flames, como precursor junto con Dark Tranquillity y At the Gates del Death Metal Melódico a principios de los 90, tenía siempre la responsabilidad disco tras disco de ir subiendo el listón de la calidad hasta su máximo nivel.

Con ‘Clayman‘ llegan al punto más álgido de la primera parte de su trayectoria musical. Supone el cenit de su carrera y el desarrollo máximo de la idea de Death Metal Melódico que hace casi una década empezaban a moldear cuando un joven Jesper Strömblad, creador del proyecto, se decidió a mezclar sonidos death con la melodía propia de grupos como Iron Maiden.

En este disco la guitarra melódica de Björn Gelotte vuelve a destacar sobremanera por encima de una gran base armónica. Temas como ‘Pimbal Map‘, ‘Satellites and Astronauts‘ o ‘Swim‘ dan fe de ello. La voz de Anders Fridén luce con un abanico de posibilidades brutal, al alternar el grito más salvaje y rugoso(no hay más que escuchar el tema que da nombre al disco para darse cuenta), con voces limpias y partes lentas con graves forzados. Por último, los cambios de ritmo son también protagonistas del disco y siguen siendo marca de la casa en canciones como en la magistral ‘Square Nothing‘ o el tema que da inicio al disco, ‘Bullet Ride‘.

Para desgracia de muchos, entre los cuales me encuentro, a partir de este excepcional disco, y salvo contadas excepciones como ‘Come Clarity‘ en 2006, comenzarán un giro progresivo hacia un metal más alternativo y comercial. Pero esta es ya otra historia que igual algún día nos decidimos a abordar.

1.- Nightwish – Wishmaster

Portada del disco Wishmaster

Tras una fulgurante y espléndida época inicial, especialmente con su magnífico trabajo anterior, ‘Oceanborn‘, este disco suponía su consagración como grupo y los consolidaba dentro de un estilo del cual serían (y probablemente sigan siendo) su mayor exponente. Todavía con Tarja Turunen, pero sin Marco Hietala, que entraría a formar parte de la banda en el siguiente trabajo, esta obra de Tuomas Holopainen los catapultó directamente al éxito a nivel mundial.

Con la primera escucha se atisba un álbum más maduro y profundo, todo ello producto de una evolución lógica hacia un estilo más definido y efectista (Tuomas ya buscaba lo grandilocuente y bombástico). Al mismo tiempo, se nos antoja algo más lento y pausado que su predecesor. Claro que posee temas rápidos y lanzados, pero se percibe también una pausa y sensibilidad especial en muchos otros. ‘Crownless‘ y ‘Deep Silent Complete‘ son buenos ejemplos de esta contraposición de sensaciones. Lo que sí está claro es que producto de esa madurez del grupo ya aludida, Wishmaster contiene temas más complejos y diferentes entre sí, otorgándole al disco una riqueza y variedad que difícilmente han vuelto a alcanzar en toda su trayectoria (la pasada y la futura).

Con los omnipresentes teclados de Tuomas de fondo, se aprecia una gran evolución en la voz de Tarja. Hace gala de más matices y registros que le otorgan una mayor solvencia a la hora de afrontar ciertas notas. Desatada por momentos y controlada y comedida cuando toca. Maravillas como ‘Come Cover Me‘, ‘She’s My Sin‘, ‘Tow for Tragedy‘ o la que ha sido, es y será mi favorita, ‘Wanderlust‘, así lo demuestran.

Este disco te dejará atónito y sin palabras durante sus casi 60 minutos de puro éxtasis sonoro.

Mención especial.- Domine – DragonLord

La inclusión de este trabajo en la lista hay que achacarlo más a gusto personal que a otra cosa. Domine no es una banda conocida por el gran público más allá de su origen italiano. Es más, desde hace años su actividad se ha reducido a la nada más absoluta, pero la cosa está en que en este año sacaron el que para mi es uno de los mejores discos de Power Metal de la historia. Sí, leéis bien, de la historia.

Se nota a la legua que se trata de una publicación de medios limitados. Un sonido un tanto sucio y porqué no decirlo, ‘cutre’, así lo atestigua, pero en mi opinión supone una de las mejores demostraciones de épica, ritmo, melodía y sentimiento que en mi vida he escuchado en un disco de Heavy Metal. Sólo con el disfrute del corte que da nombre al disco, ‘Dragonlords‘ ya está todo dicho, pero todos y cada uno de sus diez temas son auténticas obras maestras.

Por favor, hacedme caso y rescatadlo para darle una oportunidad. No os arrepentiréis.

Y con Domine y su Dragonlord finalizamos nuestro viaje entre planos espaciales del Heavy Metal. Volvemos a coger nuestro DeLorean para volver al presente, estando totalmente convencidos de que nuevamente volveremos a pilotarlo para regresar al pasado y disfrutar de los mejores discos. La próxima vez será 2001 y habrá pasado un año. Ya apetece, ¿verdad?

Si quieres recordar cuales fueron los seleccionados para los puestos del 10 al 6 puedes hacerlo a través de este enlace:

 Regreso al pasado: Los 10 mejores discos Heavy Metal del año 2000. Parte I

Disco del momento

Grupo del momento

6 Comentarios

  1. Me trae muy buenos recuerdos tu excelente reseña sobre estos discazos, destacar lo comentado sobre Domine, la canción Dragonlord es una bestialidad de temazo superepico, de las mejores canciones en su estilo.

  2. Articulo brutal, que discazos comentas, el de Stratovarius, por ejemplo mucha gente lo vapulea, pero a mi me encanta, Mother Gaia es de otro planeta. In flames eran la leche, por favor Domine, épicos hasta no poder más. El de NightWish es buenísimo, demasiados influenciados por sus paisanos Strato, pero bestiales. El de Maiden es de lo mejor que se ha editado en años, lo tengo original, menudo regreso de Bruce, al igual que el de Stratovarius que lo tengo en versión Digipack. Todos son parte ya de nuestras vidas. Una selección muy buena Jose, un placer leerte en tus posts, enhorabuena.

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